FEB 01, 2018

Por: Iván González

La lesión osteopática se caracteriza por la perdida de movilidad parcial o total de una articulación. Se produce por la desaparición de los movimientos menores de deslizamiento indispensables para el desarrollo normal de los grandes movimientos articulares.

Esta falta de movilidad articular esta causada por adherencias o por el acortamiento de ciertos músculos que rechazando el estiramiento, limitan el movimiento. Cuando solicitamos a una articulación un movimiento que no puede efectuar, la puesta en tensión de los tejidos blandos acortados genera dolores, mientras que el movimiento en sentido opuesto es indoloro porque se produce libremente.

Esta perdida de movilidad de origen muscular, hace intervenir a los arcos reflejos patológicos que gracias a la intervención del sistema nervioso y a sus circuitos modifican los mensajes normales del sistema neuro-músculo-esquelético.

El lema de Still respecto al tratamiento de una alteración o una lesión es: “ Hállala, Fíjala y Déjala “.

Los objetivos de las manipulaciones son:

• Destruir adherencias.
• Deslizar las carillas articulares..
• Favorecer la circulación local.
• Provocar un reflejo aferente para inhibir las neuronas motoras que provocan dolor.
• Provocar una ruptura del arco reflejo patológico.

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